Los retratos hablados
de ese algo llamado conciencia
perduran en esta realidad icónica y pestilente.
Cada momento señalado por el oráculo
hace presagiar que el fin, de nada en concreto, está por llegar o llegó y no nos dimos cuenta.
Y? llorar por ello?
Ni realidad, ni utopía, ni plaga, ni mediodía.
Rocinante viene cabalgado por uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
El viento, el viento.
Ven viento, lame el falo erecto,
la argolla oscura será tu huerto.
Bendice el semen tibio,
resultado de la encarnizada lucha
precedida del roce perfecto de los labios y sus pliegues.
Salta y salta en mis caderas,
ara en mi pelvis solitaria, como la aldea de donde vengo.
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